El Castillo de Alcalà y las huertas de Llombai
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Cuando ya nos encontramos dentro de la calle Joan Fuster, si nos fijamos, podemos observar en el horizonte, y según la luz del día, los restos del castillo de Alcalà de Gallinera, o de Benissili, como se conoce popularmente. Este castillo rocoso, insertado en la sierra del Penyal Gros, debajo del cerro del Xarpolar, y en los límites del término de la Vall, era la sede del caudillo al-Azraq. El registro escrito más antiguo de este castillo se encuentra en el pacto del Pouet (1245), cuando el castillo fue cedido por al-Azraq y sus descendientes a Jaime I.
El castillo de Alcalà, que en árabe significa fortaleza, se localiza en la vertiente sur de la sierra de la Foradada, en la entrada occidental de la Vall, a 784,7 metros de altura, dominando así este paso natural entre Dénia y Cocentaina. Su localización nos ofrece una buena vista de todo el valle e incluso del mar en la lejanía. Este castillo sigue las pautas normales del castillo musulmán, con albacara (patio grande) y celoquia (ciudadela) pero destaca su gran extensión, la complejidad estructural y las defensas naturales que presenta.
Junto al castillo, y según las horas del día, podremos divisar la caseta de L’Alemany, construida a principios de los cincuenta del siglo pasado. L’Alemany era en realidad un croata nazi que consiguió refugiarse en España cuando el régimen franquista acogió a los nazis que huían de la derrota de la Segunda Guerra Mundial. Este croata se llamaba Stefan-Gregor Raiter, (1916-1977), natural de Ivankovo (Yugoslavia), médico dentista de profesión. Más conocido como L’Alemany (el Alemán), que llegó a finales de los años cuarenta a la Vall, huyendo de los cazanazis, con mucho patrimonio. Se compró una casa en Llombai, y se construyó una caseta junto al castillo, seguramente, a causa del miedo que lo encontraran por su actuación durante la Segunda Guerra Mundial.
A continuación, en la siguiente esquina, si entramos en la calle de la Morera, encontraremos en la tercera casa a mano izquierda, la antigua carnicería de Juan Alemany Camps. Y enfrente, encontraremos la almazara de Àngel Frau, y más arriba, en plena plaza de la Morera, la almazara de los Blaios, actualmente habitada por Xaro Seguí Domènech. Esta plaza, que seguramente debe su nombre a la existencia de una antigua morera, permaneció toda empedrada hasta principios de la década de los ochenta y termina con una casa cantonera construida a finales del siglo XVIII, actualmente propiedad de Anna Alemany.

