DESPOBLADOS
De las veintiuna aldeas que llegó a tener la Vall de Gallinera en época medieval, solo ocho quedan habitadas actualmente.
De la etapa musulmana y morisca de la Vall de Gallinera podemos visitar los restos de tres de estas alquerías desaparecidas: L’Alcúdia, Benimarsoc y La Solana de Benissili.
Despoblado de l'Alcúdia
La alquería de L’Alcúdia se documenta por primera vez en 1369, en el Llibre de la col·lecta del morabatí de les valls de Gallinera i Ebo (1369). El nombre viene del árabe al-kúdya, el altillo, la loma, el tozal.
Está situada sobre un pequeño promontorio a medio camino entre Benirrama y Benialí, junto al antiguo camino Real de la Vall de Gallinera, que en este punto recibe el nombre de ‘camí de L’Alcúdia’.
Actualmente todavía se pueden ver restos de casas que se adivinan por los recintos de piedra de diferente altura que actúan ahora de muros y márgenes. También permanecen, en bastante buen estado respecto al conjunto, las paredes de la iglesia, que estaba dedicada a Santa María Magdalena. Cerca del despoblado encontramos la fuente de L’Alcúdia, con una balsa que recoge las aguas que en otro tiempo regaron las huertas del pueblo.
En L’Alcúdia vivió gente hasta 1880.
Despoblado de Benimarsoc
El despoblado de Benimarsoc se documenta por primera vez en 1286. El topónimo viene del árabe Banû Marzûq, nombre del grupo bereber que creó esta alquería.
Las últimas casas se abandonaron en 1920 y a partir de entonces el pueblo empezó un proceso de deterioro que ha hecho que a estas alturas sean pocos los restos que podemos encontrar. Hay que aclarar que, a pesar de que la alquería es de época musulmana, las ruinas que quedan son de casas modernas construidas por los repobladores mallorquines y sus descendientes.
Despoblado de La Solana de Benissili
Cerrando la salida más occidental del valle, muy cerca de la Font de la Mata, encontramos los restos de la alquería de La Solana de Benissili, que fue estudiada por Josep Torró y Josep Ivars. Llama la atención el hecho de que todavía no se ha podido encontrar en ningún documento el nombre original, por eso se la conoce por el topónimo del paraje donde se encuentra.
La única información de la que se dispone la proporcionan los vestigios constructivos que todavía quedan y los fragmentos cerámicos de los s. XIII-XIV que se encuentran por los bancales de los alrededores. Los diferentes muros que se observan forman parte de una única vivienda, cuya planta se conserva casi totalmente, aunque rehabilitada y ampliada por intervenciones posteriores.
La existencia de esta alquería debió ser relativamente breve y con toda probabilidad desapareció en el siglo XV o antes.