En Vall de Gallinera encontramos los restos de seis fortificaciones de época musulmana: el fortín de L’Almiserà, el castillo de Gallinera, el castillo de Alcalà, el Castellot de Alpatró, la torre de la Penya Foradada y la torreta del Llimener. No todas, sin embargo, se hicieron al mismo tiempo ni tenían los mismos objetivos. 
La organización administrativa del espacio giraba en torno a los dos castillos, el de Gallinera y el de Alcalà, siendo estos jefes de unos distritos de los cuales dependían las alquerías musulmanas que pagaban sus impuestos en especias o en metálico. Por lo tanto, el territorio de la Vall estaba repartido entre los términos de los dos castillos. Esta organización todavía perdura en los primeros momentos de la época cristiana. De hecho, cuando los monarcas cristianos hacen donación de los castillos y de sus términos, convirtiéndolos así en señoríos, lo hacen siguiendo los límites de los distritos musulmanes.