Los Hostales
Los hostales
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Cuando nos situamos en la calle Carretera, por el margen derecho nos acercamos a la casa de Àngel Alemany i Alemany, cerrajero de profesión, casado con Timotea. Àngel y Timotea tuvieron dos hijos, uno de los cuales era Miguel, que se dedicaba a conducir el autobús de la Amistad, que iba de Alpatró a Pego. Esta compañía fue fundada por el padre de Ramonet el Cotxero, Ramón Peretó, y existía desde 1910, como mínimo; hay una foto que nos muestra la diligencia que tenía la compañía, llena de gente en una de las paradas de la Vall.
Justamente lindando con la de Àngel Alemany, estaba el hostal de José Alemany Gascó y Trinidad Marzà, que perduró hasta 1940. Este hostal, junto con las dependencias típicas, disponía de un trinquete de pilota grossa, cuya estructura todavía podemos comprobar en una construcción rectangular que ahora se usa como cochera de la casa, como contaron Empar y Xaro Alemany, hijas de José Alemany Gascó. Este hostal surgiría como consecuencia de la construcción de la carretera C-3311 (actual CV-700), alrededor de 1923, durante la dictadura de Primo de Rivera, y formaría parte de una red de hostales donde se hospedaban los carreteros o arrieros que circulaban desde Pego hasta Planes (Benirrama, Benissivà, Alpatró, el hostal de la Casilla, la venta del Tomaco y la venta de Margalida).
Enfrente del hostal vivía Inocente Vercher, otro prohombre del emprendimiento local como Alfredo Domènech y Cirilo Alemany, que junto con su hermano fundó una especie de empresa de transportes.
Pasada la Creu, en la segunda casa, dirección hacia La Carroja, nos encontraremos el Hostal dels Blancos, sucesor del anterior hostal, y fundado por Miquel Marzà Cervera y Maria Cervera Seguí. Este hostal perduró hasta los años setenta, según cuentan Xaro y Empar Alemany, que iban a hacerse el vermut. Según nos ha contado una nieta de los fundadores, era conocido como hostal del mal abric, sin saber el motivo.
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El Fosar (cementerio)
El Fosar (cementerio)
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Al final de la Fillola de Dalt, encontramos otra especial referencia: la presencia de un cementerio, que ocuparía la casa de Vicent el de Rita, parte de la actual casa de Dolors Alemany y el solar de detrás sin edificar. No sería nada extraña esta presencia, porque en la parte última de las casas de la Puríssima, desde el horno Alemany hasta tocar la carretera, había un bancal bastante extenso, ahora convertido en solares, que se llamaba bancal de la iglesia, que era propiedad de la antigua mezquita y que después pasó a serlo de la parroquia constituida en 1535. Como bien sabemos hay constancia de la construcción de un cementerio en 1627, pero no tenemos demasiado claro dónde se localizaría, además, sabemos de la existencia de un mínimo de dos cementerios islámicos por pueblo. Ya sabemos de la tradición cristiana de enterrar a los muertos en el subsuelo de las iglesias. Se supone que la construcción del cementerio exterior de 1627 sería a causa de que el cementerio interior estaría lleno, o bien para atender las necesidades de aquellos que no podían pagar el entierro dentro de la iglesia.
Por lo tanto, el problema principal sería localizar los diferentes cementerios, sabemos de la existencia de un cementerio islámico en el antiguo patronato, y otro al final de la calle Puríssima, pero no sabemos si este último era musulmán o cristiano, porque las “noticias” de su presencia nos llegan por fuentes indirectas en cada época, y siempre después de haber concluido las respectivas obras. Suponemos que el cementerio de la Puríssima sería cristiano al no haber ninguna referencia que llame la atención por la localización de las fosas y ningún elemento ajeno a nuestra cultura, al menos, aparentemente. Teniendo en cuenta que la propiedad del llamado bancal de la iglesia había sido siempre de la mezquita y después de la parroquia, no sería extraño que una parte del bancal fuera destinado a usos funerarios. No olvidemos que su localización es un lugar idóneo para esta función, alejado del pueblo y en una situación muy periférica hasta el siglo XX. Este bancal linda con las casas de la Purísima y se extiende hasta el margen derecho de la CV-714. Actualmente, ha pasado a la historia, y está dividido en diferentes solares, algunos de ellos edificados.
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El antiguo patronato
El antiguo patronato
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Frente al Horno Alemany está el Bar Òscar, antiguo patronato de la Cooperativa de Sant Marc. Este patronato fue fundado bajo la protección de la parroquia por el padre Ricardo Arnau Zamorano, párroco de Alpatró entre 1959-1961. El edificio fue construido en la década de los cuarenta y su solar formaba parte de unos bancales elevados sobre la calle que fueron vaciados al nivel de la calle. Durante la excavación del solar, entre 1941-1942, apareció un cementerio islámico y se encontró una lápida sepulcral rectangular con restos de enmarcamiento, con desbaste en la cara posterior, escrita en árabe cúfico. La lápida estaba datada en el 331 de la hégira (15 de diciembre del 942 al 5 de enero del 943 dC).
[En el Nom de Déu, el Clement i Misericordiós
[Aquesta és] la tomba d’a[l-Ba]tin (?) [bn…]
[´Abd All]ah, apiade’s d’ell Déu! Va morir
[el diürn del] dijous del mes de [rab]i´el po[stre] de l’any u[o] i tres-cents trenta “Oh
homes, temeu el vostre senyor” (Alcorà XXXI, 32 parcial) “La promesa
de Déu és verídica. Que no us extravie la vida
mundanal ni us extravie
respecte de Déu, el Seductor” (Alcorà XXXI, 33 = XXXV, 5)
Fuente: Museo Camil Visedo de Alcoi
Este edificio perdió su función de cooperativa y lugar de envasado de cerezas. A partir de los ochenta se convirtió en un bar exclusivamente, entre sus gerentes encontramos a Ricardo Morell Alemany y a Maria Àngels Alemany Albors. Después fue adquirido por Emilio Seguí Gascó, quien lo derribó y construyó un edificio de nueva planta, donde está el actual Bar Òscar.
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La Fillola de dalt
La Fillola de Dalt
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Frente al Bar Keles tenemos la antigua carnicería de Enrique Pavia Gascó y Assumpció Gascó Alemany donde se mató el último cerdo en medio de la calle, al mediodía, quemado con unas aulagas y degollado in situ.
Después, en la misma isla de casas, tendríamos la sede de la Cooperativa de Benissili, Sant Pasqual de Benissili, en un edificio propiedad de Joaquín Mialaret, donde envasaban cerezas cuando el pueblo se dividió en dos cooperativas.
A continuación, al otro lado de la calle y después del pequeño jardín de la Puríssima tendríamos el lugar que ocupa ahora el antiguo horno Alemany, y que antes había sido ocupado por la Trencadora d’Ametles de Alfredo Domènech Camps y sus hijos. Este comercio ocupaba a diferentes mujeres durante la temporada de la almendra, y al final, en manos de Lluís Domènech, también comerció con cerezas.
Junto a la Trencadora estaban las escuelas, construidas en 1968, a tandas entre la población, con dos aulas de diferentes niveles y escuelas de maestros y maestras. Estas escuelas han sobrevivido hasta hace pocos años, aunque dedicadas a la última etapa de la Educación Infantil. Mientras, el Ayuntamiento construyó un consultorio médico.
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El esquina del Dau
El Esquina del Dau
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La esquina del Dau se sitúa en el cruce entre la calle Mayor, la calle de la Pilota ―antigua entrada del pueblo― y la calle Puríssima o Fillola de Dalt. Es la esquina de la casa de Batiste Pino, el herrero y la casa del horno de Emilia. Esta esquina era el lugar desde donde se saca para jugar a pilota valenciana, concretamente en la modalidad de raspall, que es la más típica en la Marina Alta.
Si volviésemos hacia la calle de la Pilota, podríamos visitar la casa donde estaba la tienda de Àngel Pardo y Matilde de Benissili. Junto a la tienda está la casa de la antigua oficina de Correos de la Vall de Gallinera y de Alcalà, que era la casa de Antonio Pavia, casado con María Cervera. Aunque un sobrino de Antonio también es cartero, cuando este se jubiló, la oficina fue clausurada.
Frente a la antigua oficina de Correos, encontramos un plafón cerámico de 1792, que representa un san José, situado en la casa de Joaquín Morell Pavia. Representa la figura del patriarca José, erguido, de cuerpo entero. Va vestido según la iconografía habitual: túnica morada con cinturón y manto ocre o naranja. Tiene la cabeza rodeada por una aureola y la mano derecha coge la vara florecida, elemento icónico del personaje ―según el protoevangelio de Jaime, su bastón floreció para manifestar que era él el escogido, entre los otros pretendientes, para ser el futuro esposo de Maria. Con el brazo izquierdo sostiene un niño Jesús desnudo, que tiene en la mano izquierda una esfera que simboliza el mundo, mientras le pasa el brazo derecho por el cuello a José. La cabeza del niño Jesús no presenta aureola sino la llamada potencia (solo se ve uno de los tres rayos). La figura aparece en paisaje de horizonte bajo con vegetación y montañas lejanas y nubes en la parte superior. Se trata de una típica representación barroca del santo, con el manto recogido en grandes pliegues que dan volumen y movimiento a la figura. En la parte inferior una banda blanca sirve de fondo para el texto que identifica el nombre de los comitentes del retablo devocional, el año de realización y el lugar donde se ubicó. En los lados del panel está figurado un marco muy fino de doble moldura. El panel tiene un formato rectangular vertical con nueve azulejos cerámicos. Los colores son: verde manganeso, amarillo, naranja, morado y azul (descripción de Francesc Aracil i Pérez).
Continuamos por la Fillola de Dalt (Puríssima), y vamos todo el rato por la parte este de la iglesia, donde se supone que estaría la entrada de la mezquita y del templo primitivo del siglo XVII, puesto que la entrada del pueblo se hacía atravesando la calle de la Pilota, desde la era de Dalt.
La Fillola de Dalt, calle de la Puríssima después de la guerra, fue abierta durante los años cuarenta y en la posguerra solo existía hasta la altura del Bar Keles; después todo eran bancales en forma de pequeña montaña y alguna senda que comunicaba con el lavadero, por la actual calle que baja lindando con el horno Alemany, recientemente cerrado por jubilación de los propietarios.
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Iglesia de la Asunción
Iglesia de la Asunción
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La parroquia de la Asunción de Alpatró pertenecía a la rectoría de Gallinera. Fue creada como parroquia independiente en 1535.
Los primeros datos sobre un templo cristiano corresponden a la visita pastoral de 1587, antes, los visitadores habían ordenado a los jurados y al alcaide la construcción de una iglesia y “un retablo decente por invocación de nra. Señora”. Este mandato de 1583 parece que se había cumplido en 1587, aunque suponemos que sería una construcción muy básica, dado el poco interés que tenían los moriscos en promover la cristianización. Será a finales del XVII o principios del XVIII cuando se construirán los templos de la Vall, como la iglesia de San Miguel de Benissivà. Parece ser que la iglesia del XVII estaría construida sobre la antigua mezquita, cuya estructura perduró hasta el XIX. La iglesia primitiva se configura sobre el área que ocupa el actual crucero, el altar mayor, la capilla de la comunión y la sacristía. Esta zona transversal y con orientación este-oeste podría representar la estructura de la antigua mezquita, teniendo en cuenta que la puerta miraría hacia la entrada del pueblo (calle de la Pilota), y que el resto del actual templo era bancal que no fue construido hasta 1869 y, por lo tanto, disfrutaría de un campanario exento.
El templo fue ampliado entre 1869-1870, desde el crucero hasta la puerta principal, siendo párroco don Vicente Soriano. Para su ampliación se compró un trozo de tierra a Vicente Cervera i Alemany, que costó 844 reales.
El templo presenta una nave central con capillas entre los contrafuertes de cuatro tramos. El tramo del crucero es el de mayor anchura, cubierto por una bóveda vaída; los tres primeros tramos con bóveda de cañón con lunetos ciegos. Dispone de una capilla de la comunión formada por tres tramos cubiertos con bóveda de cañón y arcos fajones; a continuación tenemos la sacristía con planta alta cubierta con tejado.
La torre-campanario fue construida en 1825, de planta cuadrada y dos cuerpos, rematada por un templete con alerones; siendo párroco don Bernardo Llosà. El autor del campanario fue el maestro de obras Ceferino Signes, de Teulada. El campanario disponía de dos campanas, llamadas Maria, y Bàrbera, la pequeña, bendecidas el 1631.
La iglesia dispone de un retablo mayor, que consta de dos cuerpos y una única calle. El cuerpo inferior presenta un banco muy elevado, con placas con decoración en relieve de candilieri y sotabanco en dos pisos decorados con placas de pintura que imita jaspe. La tabla del altar está adosada al sotabanco inferior. El sotabanco superior y el banco están interrumpidos en el centro por una moldura ligeramente avanzada sobre la tabla del altar, formando una concavidad en forma de hornacina que acoge el sagrario. El cuerpo inferior se organiza alrededor de una gran hornacina de medio punto que interrumpe el entablamento hasta la moldura superior de la cornisa. El hueco presenta un marco decorado con relieves y acoge un conjunto escultórico de la Asunción anterior a la guerra. El hueco era compartido por dos imágenes, la Asunción y la de la Virgen de los Desamparados, que giraban sobre una especie de torno. A continuación de la hornacina aparecen sendas columnas salomónicas, exentas y avanzadas respecto al cuerpo, puesto que están apoyadas sobre cartelas ubicadas en el nivel del banco que presentan decoración con hojas de acanto. Las columnas muestran bases áticas y el fuste, de cuatro vueltas, presenta decoración con festones. El capitel es compuesto. Después vienen dos semicolumnas, adosadas al cuerpo y con el mismo esquema decorativo que las anteriores. En la parte más exterior aparecen sendas pilastras reculadas, recubiertas con decoración en candilieri. En la parte inferior de las pilastras se ubican unas ménsulas que sostienen unas pequeñas figuras de santos, y en la parte superior pequeñas cartelas con decoración floral que sostienen el arquitrabe. Este primer cuerpo presenta en la parte más exterior una decoración de rocalla, volutas y elementos vegetales, que se apoyan directamente sobre el muro del fondo del presbiterio. El entablamento, corrido y con profundos entrantes y salientes, como resultado de la cubrición de las columnas, presenta un friso muy ancho y decorado con pequeñas cartelas.
El segundo cuerpo, de menor altura que el primero, presenta un banco liso, con un gran relieve central, tangente al marco de la hornacina inferior, con volutas y nubes que muestran el anagrama de María. En el banco aparecen cartelas decoradas, ubicadas sobre el eje de cada elemento vertical inferior. El segundo cuerpo consiste realmente en un ático limitado por dos columnas salomónicas ubicadas en el eje de las exentas del cuerpo inferior. El plano situado entre estas columnas está organizado en un plafón central, donde aparece una pintura de formato rectangular apaisado dentro de un marco decorado, enmarcado por dos pilastras decoradas avanzadas y apoyadas sobre cartelas. Los plafones laterales entre las pilastras y las columnas presentan decoración vegetal. A continuación de las columnas hay una decoración de rocalla que repite, en una escala menor, la situada en el cuerpo inferior y en la parte más exterior, jarrones sobre el ángulo del banco. El segundo cuerpo presenta un entablamento complejo, con entrantes y salientes correspondientes a las columnas y pilastras, pero con alturas diversas e interrumpido por un gran relieve central, con volutas y decoración vegetal, y que se eleva sobre dos pedestales, a ambos lados, rematados con conchas.
Los elementos puramente arquitectónicos del retablo aparecen pintados en blanco y la parte decorativa en dorado. Es un típico retablo barroco valenciano, posiblemente de finales del s. XVII, con dinamismo y resaltos volumétricos en su estructura y abundante decoración.
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El huerto de la senyoreta, la calle mayor y las escuelas
El huerto de la Senyoreta, la calle Major y las escuelas
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Desde la calle Joan, esquina de la calle Major, nos encontraremos con el cruce Morera-Major-Llavador, fruto de la prolongación de la calle Major, a expensas del huerto de la Senyoreta, una zona de descanso para la familia Sastre-Seguí en el centro del pueblo con un riurau (casa de campo adaptada al cultivo de la uva para hacer pasas) que todavía perdura. Podemos acotar toda la extensión del antiguo huerto y veremos el lavadero del pueblo, construido con las aguas sobrantes de la fuente del pueblo, en 1928, cuya estructura ha sido reformada recientemente aunque el lavadero y las piedras de lavar son originales.
Cuando volvemos al cruce Joan Fuster-Major-Llavador, podemos descubrir al principio de la calle Major el taller del último carpintero del pueblo, José Maria Seguí Cloquell, que vivía en la casa que hace esquina con la calle que va a la Morera. El tío José Maria vivía con su hermana Dolores, tíos de Lola Alemany, la del Bar Emilio.
Dos casas más arriba de la carpintería encontraremos la escuela de chicos y chicas de la siguiente generación, los que hoy tienen entre setenta y ochenta años, alojada en la casa del tío Fernando Alemany, ahora casa de Encarna Alemany, nieta del tío Fernando.
Después llegaremos a la antigua tienda de la tía Carmen Gascó Seguí i Joaquin Moltó Seguí. Esta tienda después la traspasó a Presenta Gascó, su sobrina, y esta la traspasó después a Vicenta Alemany, al final de la calle de la Puríssima, esquina Carretera. Esta tienda señala el punto donde para el segundo altar del Corpus Christi.
A continuación, a mano izquierda, la casa del Blaio, donde hay un primoroso plafón cerámico del siglo XVIII, dedicado al Corpus Christi, lo que nos demuestra la relación histórica que tiene el lugar con la mencionada fiesta. El plafón cerámico (interpretado por Francesc Aracil i Pérez) representa en la parte central superior un cáliz eucarístico entre resplandores que muestran el pan consagrado. El cáliz está rodeado por un círculo de nubes, entre los que aparecen cabezas de querubines dispuestos simétricamente. En la parte inferior hay un basamento o altar sobre el que aparecen tres jarras con flores. El conjunto está enmarcado lateralmente por una ornamentación simétrica a base de orlas vegetales en forma de S muy estilizadas, que acogen flores, frutas y hojas. En la parte inferior aparece un motivo de dos hojas de acanto con tres flores en el centro, que posiblemente se repite en la parte superior, ahora oculta. Los colores son: verde manganeso, amarillo, naranja, morado y azul. El panel está realizado en estilo rococó y es de fecha aproximada a finales del siglo XVIII. Tiene un formato rectangular vertical y consta de doce piezas. Está enmarcado por una hornacina o retablo de obra, cuya moldura inferior tiene cierto voladizo, seguramente con el objetivo de poder depositar candiles, y está sostenida por una estructura de molduras decrecientes que acaban en una ménsula.
Si continuamos nuestro recorrido, llegaremos a la casa de Juan Alemany, nieto de la Xima, donde estaba el antiguo horno de la Xima, el del pasaje que comunicaba con la calle del Mig, desaparecido el 1919.
A continuación, llegamos a una institución histórica, recientemente desaparecida (2015), el Bar Emilio, que llegó a perdurar dos generaciones. Cerró por jubilación de los propietarios, Emilio Camps y Lola Seguí. Este bar ya estaba en funcionamiento en vida del padre de Emilio, Emilio Camps Mengual y Maria Gascó Alemany, ha sido un bar familiar que llevaban los padres y los hijos Paco, Emilio y María.
Frente al Bar Emilio, tenemos la casa abadía, reformada durante el rectorado de don Francisco Llanes Lozano, cura y abogado, que fue rector de la parroquia entre 1942-1945. Este reestructuró la parroquia de posguerra, redujo la extensión de la casa abadía, vendiendo una parte del solar a Alfredo Seguí Domènech. La abadía fue restaurada varias veces, como por ejemplo la fachada, y en una de estas restauraciones se recuperó un arco de medio punto de piedra que luce en la actualidad. Este arco y la fachada de la iglesia, junto a la fuente, le dan un sabor especial a este pequeño rincón. Sin olvidar la casa de la tía Encarnació, madre de José Maria y Joaquin, toda una institución en el pueblo por su bondad y atención a los desvalidos. Ahora la propietaria de la casa es la nieta, Empar Alemany.
Frente a la iglesia está la casa Sastre-Seguí ―familia procedente de Vilallonga (los Viudos) que arraigaron a lo largo del siglo XIX, ahora convertida en casa rural. Crearon una alcurnia, de las más potentes del pueblo. Tenían propiedades en la Vall, en la Reprimala de Vilallonga y tienen una fábrica de motores de agua en València (Bombas Ideal SA, en Massalfassar). Según Manel Arcos, durante el siglo XIX sufrieron un secuestro por parte de bandoleros de la época. Esta casa estuvo habitada de manera permanente por masoveros hasta los setenta. Cuando la familia visitaba el pueblo con alguno de los ocho hijos y algún nieto, llevaban criadas y los niños jugaban en el huerto.
La casa número 2, en la misma plaza de la iglesia, corresponde a la casa de Baptiste Pino, el cual herraba animales en medio de la plaza. Esta casa conserva su estructura original, con la antigua parte del taller de herrería y la panadería. Baptiste Pino estaba casado con una hija de Emilia, Consuelo Gascó Palmer.
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El Castillo de Alcalà y las huertas de Llombai
El Castillo de Alcalà y las huertas de Llombai
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Cuando ya nos encontramos dentro de la calle Joan Fuster, si nos fijamos, podemos observar en el horizonte, y según la luz del día, los restos del castillo de Alcalà de Gallinera, o de Benissili, como se conoce popularmente. Este castillo rocoso, insertado en la sierra del Penyal Gros, debajo del cerro del Xarpolar, y en los límites del término de la Vall, era la sede del caudillo al-Azraq. El registro escrito más antiguo de este castillo se encuentra en el pacto del Pouet (1245), cuando el castillo fue cedido por al-Azraq y sus descendientes a Jaime I.
El castillo de Alcalà, que en árabe significa fortaleza, se localiza en la vertiente sur de la sierra de la Foradada, en la entrada occidental de la Vall, a 784,7 metros de altura, dominando así este paso natural entre Dénia y Cocentaina. Su localización nos ofrece una buena vista de todo el valle e incluso del mar en la lejanía. Este castillo sigue las pautas normales del castillo musulmán, con albacara (patio grande) y celoquia (ciudadela) pero destaca su gran extensión, la complejidad estructural y las defensas naturales que presenta.
Junto al castillo, y según las horas del día, podremos divisar la caseta de L’Alemany, construida a principios de los cincuenta del siglo pasado. L’Alemany era en realidad un croata nazi que consiguió refugiarse en España cuando el régimen franquista acogió a los nazis que huían de la derrota de la Segunda Guerra Mundial. Este croata se llamaba Stefan-Gregor Raiter, (1916-1977), natural de Ivankovo (Yugoslavia), médico dentista de profesión. Más conocido como L’Alemany (el Alemán), que llegó a finales de los años cuarenta a la Vall, huyendo de los cazanazis, con mucho patrimonio. Se compró una casa en Llombai, y se construyó una caseta junto al castillo, seguramente, a causa del miedo que lo encontraran por su actuación durante la Segunda Guerra Mundial.
A continuación, en la siguiente esquina, si entramos en la calle de la Morera, encontraremos en la tercera casa a mano izquierda, la antigua carnicería de Juan Alemany Camps. Y enfrente, encontraremos la almazara de Àngel Frau, y más arriba, en plena plaza de la Morera, la almazara de los Blaios, actualmente habitada por Xaro Seguí Domènech. Esta plaza, que seguramente debe su nombre a la existencia de una antigua morera, permaneció toda empedrada hasta principios de la década de los ochenta y termina con una casa cantonera construida a finales del siglo XVIII, actualmente propiedad de Anna Alemany.
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Plaza de Sant Marc
Plaza de Sant Marc
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Aunque la calle es la misma, ahora llegamos a lo que se asemeja a una plaza, aunque es más bien un cruce de tres calles, donde hay una casa que tiene una imagen del santo mirando a la plaza. Aquí se celebraba desde tiempos antiguos la fiesta de Sant Marc (25 de abril). Esta fiesta consistía en hacer una hoguera y el pueblo se reunía a cenar y celebrar la fiesta. La fiesta desapareció durante los años cincuenta y fue recuperada en 1977 por el cura Andrés de Sales Ferri, y ha terminado convirtiéndose en el preludio de las fiestas del pueblo. Esta fecha se ha aprovechado para hacer cenas colectivas y así recaudar dinero para pagar las fiestas del verano.
Si continuamos en dirección a la calle Joan Fuster, pasaremos ante la casa del relojero de la iglesia, que había antes de la guerra. El relojero se encargaba de darle cuerda y mantener el reloj de la parroquia, que funcionaba con el toque de las campanas, como el actual. Este reloj debió desaparecer durante la guerra. El nuevo reloj fue instalado en la época del cura Avel·lí. Después, encontramos una joya de la arquitectura local, remodelada en la actualidad, una de las casas más antiguas conservadas, era la casa de José Seguí Palmer, el Roquero.
Al final de la calle de Sant Marc, estaban los restos del corral de la Senyoreta, todo de piedra, que desapareció para conectar Sant Marc con la calle nueva de Joan Fuster (2004).
Si nos detenemos en la esquina de Joan Fuster, a mano derecha encontraremos otra era de trillar, ahora abandonada. Al lado tenemos la antigua caseta de Vicent Marí, antiguo corral, restaurado por Vicent Marí, ceramista y vecino de la Vall de Gallinera durante veinte años, primero en Benissili (1980-1990) y después en Alpatró, hasta el año 2000. De formación artística, y proveniente de los movimientos de cristianos de base, actuó como pintor por las casas de la Vall y acogió las inquietudes de una generación de jóvenes.

